Trece extrañas señales de origen desconocido fueron recibidas en distintos momentos y lugares del planeta Tierra a lo largo de 2021. Transmisiones descartadas por sus respectivos receptores y catalogadas como basura espacial.
En los primeros días de 2022, la Dra. Theå Biorrocc, realizando su trabajo de rutina en la base meteorológica y de transmisiones de la Isla Pedro I, revisó el Archivo Internacional de Transmisiones No Identificadas (IAUT, por sus siglas en inglés) y notó un patrón común entre esas señales, por lo que decidió investigarlas más a fondo.
Junto a su asistenta, la becaria Zøe Len Mupål, Biorrocc descubrió, en primera instancia, que tomando como referencia el Calendario Fijo Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), cada una de las señales fue recibida en un mes diferente. Lo que le dio la pauta de que no eran basura espacial, sino algo deliberado.
Las especulaciones apuntaban a que las distintas transmisiones procedían del espacio exterior; luego esa hipótesis quedó descartada ya que gracias a un arduo análisis espectral y osciloscópico, se llegó a la conclusión de que se habían originado dentro de la atmósfera terrestre. Esto, lejos de disipar las dudas, las incrementó, puesto que los sitios de procedencia de las distintas señales no tenían sentido: lugares remotos deshabitados, volcanes inactivos, fosas oceánicas, etc. Y aún así, no era sólo eso lo que llamaba la atención, sino que además existía cierta información anómala en todas y cada una de las trece señales.
Finalmente, y después de un profundo análisis de los datos obtenidos, Biorrocc y Mupål llegaron a una conclusión estremecedora: las diferentes transmisiones no provienen de otro lugar, si no de otro tiempo. Un tiempo muy posterior al actual. Es decir que, de alguna manera, una civilización, lógicamente más avanzada que la nuestra, habitará la Tierra en el futuro y tendrá la capacidad de enviar mensajes a través del tiempo.
Entonces, ¿qué son estos mensajes y qué intentan decirnos?
¿De qué año provienen?
¿Algo cambiará geográficamente nuestro planeta de modo que lugares ahora inhabitados e inhabitables, estarán poblados en el futuro remoto por alguna clase de seres, quizás humanos?
Theå Biorrocc y Zøe Len Mupål han podido descifrar lo siguiente: estos mensajes son, en realidad, canciones sin palabras. A la vez que un intento desesperado por advertirnos de algo.
La Comunidad Científica Internacional decidió hacer caso omiso de este descubrimiento. Pareciera ser que no quieren que sepamos más de estos intermitentes mensajes musicales, condenando así a que el futuro desde el que provienen, jamás ocurra. El trabajo de Biorrocc y Mupål fue interrumpido bruscamente dado que perdió la financiación del gobierno de Noruega y a ambas se les prohibió, bajo pena de cárcel y de manera explícita, continuar investigando los misteriosos mensajes.
Es por eso que ahora lo único que nos queda es escuchar nosotros mismos estos trece mensajes y sacar nuestras propias conclusiones.